La literatura, en su sentido más amplio, es cualquier trabajo escrito; aunque algunas definiciones incluyen textos hablados o cantados. En un sentido más restringido y tradicional, es la escritura que posee mérito literario y que privilegia la literariedad, en oposición al lenguaje ordinario. El término literatura designa también al conjunto de producciones literarias de una nación, de una época o incluso de un género...
A comienzos del siglo XVIII se comenzó a emplear la palabra «literatura» para referirse a un conjunto de actividades que utilizaban la escritura como medio de expresión. Y a finales de ese mismo siglo, el significado del término literatura se especializa, restringiéndose a las obras literarias de reconocida calidad estética.
EL LENGUAJE LITERARIO
La obra literaria es un mensaje lingüístico. Percibimos su belleza a través del lenguaje. Entre un mensaje no literario y otro literario, las diferencias son fundamentalmente diferencias lingüísticas.
ambiguo, esto quiere decir que las palabras pueden tener diferentes significados - polisemia o matices, y, en consecuencia, carecen de rigor y de la precisión qu e exige el lenguaje técnico. Así, por ejemplo, la palabra cristal, posee un significado científico bien conocido de todos. Literariamente, en cambio podrá ser sinónimo de transparencia, de pureza, de brillo, de alma, de agua pura, de voz infantil, entre otras.
es concreto y personal frente al lenguaje científico que es impersonal y abstracto. Las verdades científicas son como son, prescindiendo de quien las anuncia y del medio lingüístico en que se expresan. El teorema de Pitagóras, por ejemplo, es exactamente el mismos este formulado en ingles, en español o alemán, el lenguaje literario por el contrario, lleva por de bajo de los significado un algo personal y concreto, que procede de la institución del escritor y que en gran medida es inseparable del medio lingüístico.
- EL escritor emplea la lengua común y otros muchos elementos lingüísticos que no se usan ordinariamente, y los someten a cambios que los apartan, en mayor o menor grado, de la lengua ordinaria , EL mayor cambio o desvío se produce en el verso; pero la prosa literaria posee también caracteres muy específicos frente al lenguaje de la conversación ordinaria.
- En síntesis, podemos señalar que el lenguaje literario es:
ambiguo, esto quiere decir que las palabras pueden tener diferentes significados - polisemia o matices, y, en consecuencia, carecen de rigor y de la precisión qu e exige el lenguaje técnico. Así, por ejemplo, la palabra cristal, posee un significado científico bien conocido de todos. Literariamente, en cambio podrá ser sinónimo de transparencia, de pureza, de brillo, de alma, de agua pura, de voz infantil, entre otras.
es concreto y personal frente al lenguaje científico que es impersonal y abstracto. Las verdades científicas son como son, prescindiendo de quien las anuncia y del medio lingüístico en que se expresan. El teorema de Pitagóras, por ejemplo, es exactamente el mismos este formulado en ingles, en español o alemán, el lenguaje literario por el contrario, lleva por de bajo de los significado un algo personal y concreto, que procede de la institución del escritor y que en gran medida es inseparable del medio lingüístico.
CUALIDADES DEL LENGUAJE LITERARIO
Según la preceptiva, el lenguaje literario descansa en unas cualidades, mas o menos necesarias, a la lengua literaria. Las principales son: propiedad, claridad, armonía, corrección y pureza.
- Propiedad: Consiste en que el escritor no se aparte del significado peculiar y exacto de las voces o feraces. Dentro de esta cualidad hay que tener presente los valores connotativos y ambiguos de que se escribió antes, así como el uso de los sinónimos (palabras de un solo significado con dos o mas significados: burro, jumento, asno, pollino).
- Claridad: Consiste en expresar en forma tal, que el sentido de lo expuesto pueda ser comprendido con facilidad de todos.
"... los filósofos modernos estaban en lo cierto al notar que el lenguaje es el elemento de la confusión y del engaño... también es el elemento del entendimiento y de la certidumbre, y que cualquier intento de librarnos definitivamente de sus peligros es un camino seguro para renunciar a la posibilidad, aunque sea improbable, de encontrar en la intransigencia de sus leyes un lugar, entre el retorcimiento que los hombres imponen a las palabras y la rigidez que las cosas exigen de ellas, para la verdad y para la dignidad"
Aunque hoy sea normal considerar el lenguaje como un instrumento de comunicación y entendimiento entre los hombres, durante siglos los filósofos modernos vieron en él justo lo contrario: la raíz de las disputas, el instrumento de los malos entendidos, de la confusión, de la ignorancia y hasta de la guerra. ¿Se equivocaban? La verdad es que tenían buenos motivos para desconfiar: Europa atravesaba un periodo despiadado de contiendas sanguinarias, interminables y enconadas, guerras de religión animadas por miles de palabras siniestras y cargadas de razones, por toneladas de declaraciones sentenciosas que avivaban el fuego de las batallas con el sello de los teólogos.
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